lunes, 14 de abril de 2008

Capítulo 3 (bis)

Dado que me llegaron críticas (no solo a través de los comentarios), me veo en la obligación de continuar el tema anterior.

Termine el texto anterior hablando de nuestra falta de orientación, y que usualmente recurrimos a gente a la que le otorgamos cierta autoridad para guiarnos en nuestras elecciones. Pero siempre sabemos que respuesta nos va a llegar.

Ahora, continuemos con el tema. ¿Por qué le preguntamos a esa gente, aun sabiendo la respuesta?

Afortunadamente, creo tener respuesta a esta pregunta: No nos gusta hacernos responsables de nuestras acciones, y al preguntarle a otra persona, creemos que si hay algún efecto adverso o algo por el estilo, tendremos a quien culpar. ¿Que conveniente no?

Pero realmente, somos completamente responsables de nuestras acciones. Es ahí cuando nuestra completa libertad parece venirse en contra nuestra. Es ahí cuando esa inexistencia de moral nos ataca.

Esa es la verdad: Somos 100% responsables de nuestras decisiones. Es ahí cuando nos damos cuenta de que yo soy libre, él es libre, ellos son libres... y empezamos a temerles, porque nos damos cuenta de que nos aterran un poco. Porque sabemos que son y somos impredecibles. Porque a pesar de que estamos confiados en nuestras leyes y valores morales, sabemos que siempre hay alguna pieza del rompecabezas que no calza. Y es en esos momentos en los que gente como Mark Twain lanza frases como la que inicia la primera parte del capítulo 3...

Esta es la angustia de vivir. La angustia que vive el general en el campo de batalla cuando toma la decisión de mandar a 100, 500 o 1000 hombres al frente de batalla. Lamentablemente para nosotros, ese general y esos 100, 500 o 1000 hombres somos nosotros (como soldados y generales) y la gente que nos rodea.

Ahora lo que falta es dejar de buscar una moral, un sistema de leyes, o un sistema de represión. Es hora de destapar nuestra conciencia!!

1 comentario:

Catalina Fernández dijo...

Ahora si.
Ahora si creo haber visto un análisis mas profundo del tema. Igual creo que hubo como una variación con respecto al capítulo 3 original, como que siento que te fuiste un poco por otro lado, pero eso no necesariamente es malo.

¿Sabes de que me acordé? De la charla con este tipo ex MIR que era diputado sueco, que hablaba de todo esto de la libertad.
Esa es la verdad: Somos 100% responsables de nuestras decisiones. Es ahí cuando nos damos cuenta de que yo soy libre, él es libre, ellos son libres...

Y es fascinante como a veces, en los consejos no hay otra cosa que intentar responsabilizar a otra persona si las cosas salen mal.
Claro que cuando salen bien, es mérito nuestro.

Pero si nosotros somos los 500, los 1000 soldados.
¿Quién es el general? ¿Nuestra propia moral?

Un abrazo,